La Secretaría de Cultura del Gobierno de México, a través de la Dirección de Sitios y Monumentos del Patrimonio Cultural, ha emitido un comunicado informando sobre las recientes fisuras detectadas en la Catedral Metropolitana de la Ciudad de México a raíz de las lluvias ocurridas en días pasados. Estas fisuras son nuevas y están siendo atendidas de manera activa.
Durante una visita realizada a la Catedral Metropolitana el 23 de agosto, la Secretaria de Cultura del Gobierno de México, Alejandra Frausto Guerrero, anunció que se encuentra en marcha la última etapa de intervención. En esta fase, se completará la restauración de los vitrales y las esculturas que se vieron afectadas por el sismo, además de abordar con meticulosidad las pequeñas fisuras que no están relacionadas con daños sísmicos. Se prestará especial atención al Sagrario Metropolitano.
El Gobierno de México ha demostrado un compromiso sin precedentes con la preservación de este monumento. Tras los sismos de 2017, se diseñó un plan exhaustivo para garantizar la seguridad y la estabilidad estructural de la catedral. La primera fase comenzó en 2019 y se centró en la estabilización de los pilotes, ya que la catedral se encuentra en una antigua zona lacustre que sufre hundimientos periódicos.
La segunda fase, que concluyó en diciembre de 2022, implicó la eliminación de la vegetación parasitaria que crecía en las juntas de las piedras, la rehabilitación del sistema eléctrico en colaboración con la Comisión Federal de Electricidad y la reparación de daños menores en las torres y las cúpulas.
Los esfuerzos de la tercera fase, programados para concluir en diciembre de 2023, incluyen la finalización de la restauración y el mantenimiento de las esculturas de Manuel Tolsá, así como la atención a las cubiertas del Sagrario Metropolitano, que también sufrió daños en los sismos de 2017. Además, se abordarán los problemas de filtración que se puedan detectar, junto con los que fueron reportados recientemente.
La Secretaria de Cultura resaltó la colaboración con las autoridades eclesiásticas en este proceso y destacó que los trabajos han sido realizados por expertos en restauración arquitectónica, considerando la complejidad del sitio, que alguna vez fue un lago.
La Catedral Metropolitana y el Sagrario Metropolitano, ambos de propiedad federal, representan el monumento histórico religioso más significativo de México. Su mantenimiento es una tarea compleja debido a los hundimientos diferenciales del subsuelo, que han causado problemas desde el siglo XVII y han dado lugar a las nuevas fisuras detectadas.
Como parte de los esfuerzos de restauración, se ha realizado un diagnóstico del estado de conservación para identificar las causas y efectos de los daños. Se han establecido estrategias a corto, mediano y largo plazo para cada inmueble y zona afectada.
Los factores que contribuyen al deterioro incluyen aspectos geológicos, características del material, factores constructivos y el impacto del clima y la contaminación ambiental. El mantenimiento constante por parte de las autoridades religiosas es esencial para prevenir daños mayores.
Los trabajos de reconstrucción, como indicó el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, no concluirán hasta que todos los inmuebles afectados por los sismos de 2017 hayan sido atendidos. Esta labor es una demostración del compromiso del país con la preservación de su patrimonio histórico y cultural.
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