
La emergencia sanitaria global causada por la pandemia de Covid-19 ha experimentado una notable disminución en los últimos meses gracias a las estrategias de vacunación implementadas en países de todo el mundo, incluyendo México.
Estas medidas han contribuido a reducir los contagios y la tasa de letalidad, especialmente en grupos vulnerables de la población. Sin embargo, recientemente ha surgido una nueva preocupación debido al incremento de infecciones relacionadas con diversas variantes del virus, entre ellas la variante EG.5.1, también conocida como "Eris".
La variante EG.5.1 ha generado inquietud en Estados Unidos, Reino Unido y entre especialistas de la Organización Mundial de la Salud (OMS) debido a su rápida propagación.
La OMS coloca esta variante en su lista de vigilancia debido a su potencial impacto en la salud pública. A pesar de los esfuerzos de control y mitigación, esta variante ha sido identificada como responsable de un aumento significativo en los casos de Covid-19, particularmente en el período estival.
En el Reino Unido, la variante EG.5.1 ha demostrado ser la causa principal del aumento de contagios durante el verano, con un incremento de más del 20% en las infecciones semanales. Representa aproximadamente el 15% de todos los contagios en este país.
Mientras tanto, en Estados Unidos, esta variante ha superado el 17% de los casos totales, convirtiéndose en la variante predominante a principios del mes de agosto, según datos proporcionados por los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC).
La relajación de las medidas de prevención, como el uso de cubrebocas y el distanciamiento social, ha sido identificada como un factor que ha contribuido al aumento de las infecciones, tanto en Estados Unidos como en otros lugares del mundo. Se ha observado un incremento de hasta el 12% en las tasas de hospitalización en Estados Unidos como resultado directo de esta relajación.
Ante esta situación, los expertos advierten sobre la importancia de mantener una vigilancia constante y actualizada sobre las variantes del virus, así como la necesidad de ajustar y actualizar las estrategias de vacunación y campañas de inmunización de manera continua.
La evolución constante del virus y la emergencia de nuevas mutaciones subrayan la importancia de mantener medidas de prevención y vigilancia para controlar la propagación de la enfermedad.
Los síntomas de este virus son: escurrimiento nasal, dolor de cabeza, cansancio, dificultad para respirar, estornudos, dolor de garganta.
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