En contraposición al respaldo inquebrantable del gobierno liderado por Miguel Ángel Riquelme hacia la industrialización en Coahuila, José Luis García Valero, integrante activo de la organización de campesinos "Sí a la Vida", planteó que la negligencia hacia los ejidos aumentaron en los últimos años y se vuelve más común la entrega de tierras a los empresarios.
En el informe anual del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), se destaca que el estado de Coahuila experimentó una reducción del -1.3 por ciento en las Actividades Primarias, posicionándose en el séptimo lugar a nivel nacional. Estas actividades engloban actividades agrícolas, la cría y explotación de animales, el aprovechamiento forestal, la pesca y la caza.
En contraposición al incremento general del 2.5 por ciento a nivel nacional, la cifra anterior muestra un rendimiento inferior; sin embargo, la entidad destaca al ocupar el quinto lugar en términos de crecimiento en Actividades Secundarias, como la manufactura.
Coahuila, bajo el liderazgo del gobernador Miguel Ángel Riquelme, se enorgullece de su próspera producción de automóviles de motor de combustión interna, una industria que lo posiciona a la vanguardia. Sin embargo, a partir de finales de 2023, esta entidad comenzará a incursionar en la fabricación de vehículos eléctricos, lo que resultará en un impresionante aumento de la capacidad de producción de las armadoras.
García Valero hizo hincapié en que “el campo es arcaico y que hay que modernizarlo y entregárselo a los empresarios para que tengan esas formas de neolatifundismo, que ya no tiene que ver con grandes extensiones de tierra, tiene que ver más bien con la concentración de tecnología, agua y de insumos agroquímicos y demás en fracciones relativamente pequeñas de tierra, es lo que se llama agricultura extractivista”.
El miembro de la organización campesina "Sí a la Vida" resalta que este tipo de industria desplazó al sector ejidal y se convertió en el reverso de estas dinámicas económicas, al atraer a empresas que promueven la agricultura extractiva, un método que explota la tierra con el objetivo de satisfacer las demandas del mercado y no las necesidades de los habitantes del semidesierto.
A pesar de estas circunstancias, el activista sostiene que si esta dinámica continúa, el medio ambiente y la vida en la región se deteriorarán en el mediano y largo plazo. Se debe a la insuficiencia energética, ya que las “empresas que generan alimentos para la exportación dependen de la gran industria química, del petróleo, de los tractores y no tiene futuro, no hay energía suficiente para sostener ese tipo de agricultura extractivista, acaban con la tierra y la dejan convertida en un desierto”.
En Coahuila, se asignaron 94 millones 654 mil 403.9 pesos para la Promotora del Desarrollo Rural bajo la dirección de Riquelme. Esta entidad tiene la responsabilidad de brindar apoyo a los agricultores en diversas áreas, al representar solo el 0.021 por ciento de los fondos destinados a cubrir los intereses de la Deuda Pública de la entidad en el año 2023. La cifra total de la deuda alcanzó los 4 mil 411 millones 602 mil 426 pesos.
“Los famosos programas de ayuda como Procampo son paliativos que tratan de reducir el impacto. Es como querer curar un cáncer con aspirinas. La enfermedad es otra”, sostuvo García Valero.
Estudios y expertos coinciden en que el abandono del sector agrícola, la falta de políticas públicas y las largas jornadas de trabajo llevaron a los trabajadores del campo a optar cada vez más por sustancias ilegales estimulantes.
Un estudio publicado por el Observatorio Mexicano de Salud Mental y Adicciones, denominado “Contexto de la demanda de sustancias ilícitas en 2022-2023 y acciones de Gobierno de México en materia de salud mental y adicciones”, muestra que Coahuila se encuentra entre las 11 entidades en México con mayor demanda de tratamientos por consumo de anfetaminas, metanfetaminas y éxtasis.
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