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En la conferencia de prensa matutina, el director general del Instituto Nacional de AntropologÃa e Historia (INAH), Diego Prieto Hernández, anunció que Chichén Itzá alcanzó un nuevo récord el pasado martes 23 de enero con la visita de 7,500 personas en un solo dÃa.
En el año 2023, esta zona arqueológica ubicada en Yucatán recibió a 2.3 millones de turistas nacionales y extranjeros, representando un aumento del 17% en comparación con el año 2022.
Prieto Hernández destacó el notable aumento en la afluencia de visitantes a las zonas arqueológicas de todo el paÃs, especialmente en el área maya y particularmente en las zonas cercanas a la ruta del Tren Maya. En el año pasado, Uxmal en Yucatán experimentó un aumento del 20% en visitas, mientras que Tulum en Quintana Roo aumentó un 23%.
El INAH está llevando a cabo el Programa de Mejoramiento de Zonas Arqueológicas (Promeza) en 29 sitios, distribuidos en doce en Quintana Roo, diez en Yucatán, cuatro en Campeche, uno en Tabasco y uno en Chiapas.
En la conferencia, Prieto Hernández presentó un video sobre la zona arqueológica de Chacchoben en Quintana Roo, que forma parte del Promeza y está siendo atendida por personal especializado en investigación, conservación arqueológica y adecuación de espacios para el turismo.
Además, el INAH tiene planes de construir nueve museos, el espacio cultural Ateneo Peninsular en Mérida, Yucatán, y diez Centros de Atención a Visitantes (Catvis).
Las obras complementarias del Tren Maya están siendo acompañadas por el programa de salvamento arqueológico del INAH. Hasta el 25 de enero, se han registrado:
- 59,340 bienes inmuebles como estructuras, pirámides y albarradas
- 1,423,524 fragmentos de cerámica
- 1,956 bienes muebles, incluyendo metates, cerámica, lÃtica y figurillas, con 1,487 piezas en proceso de restauración para su exhibición en museos
- 699 restos humanos
- 2,252 rasgos naturales como cuevas, cenotes y grutas asociados a las culturas mayas
Entre los hallazgos relevantes en el frente 2 del tramo 7 del Tren Maya, el director del INAH mostró la recuperación in situ de un conjunto de collares hechos de concha, caracol, piedra verde y colmillos de animales, colocados como ofrenda.
